Uno de los dulces más clásicos y tradicionales de estas fiestas que no pueden faltar en nuestras mesas.
Es uno de mis dulces preferidos, con esa mezcla de sabores y la textura crujiente que le dan el anís y el sésamo se hacen irresistibles.
Son fáciles y con ingredientes básicos de nuestra despensa, no hay disculpa para no hacerlos.
Ingredientes
- 200 ml. de aceite de girasol / oliva suave
- 1 corteza de limón
- 1 corteza de naranja
- 500 gr. de harina
- 120 gr. de azúcar
- 1 cucharada de anís en grano
- 1 cucharada de canela molida
- 1 cucharada de sésamo tostado
- 120 ml. de vino dulce
- Azúcar glas para rebozar
Preparación
Ponemos el aceite en un cazo con las cortezas de naranja y limón, y calentamos hasta que hierva.
Retiramos las cortezas y mezclamos el aceite con la harina.
Añadimos el resto de ingredientes y mezclamos bien hasta que la mezcla sea homogénea.
Ponemos la masa entre dos papeles de horno y extendemos con un rodillo hasta un grosor de aprox. 1 cm.
Con un cortador de galletas hacemos los roscos, y con una boquilla hacemos el agujero central.
Colocamos los roscos en una placa de horno cubierta con papel sulfurizado.
Horneamos, en horno precalentado a 180°, durante 18-20 minutos, hasta que los roscos tengan el borde ligeramente dorado.
Retiramos, dejamos templar ligeramente y aún calientes rebozamos cada rosco en azúcar glas. Dejamos enfriar totalmente.
En un recipiente hermético aguantan bastante bien durante varios días.
Y una pizca de cariño.
Xiana.
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