La mezcla de sabores es perfecta.
El punto crujiente de las nueces y el sutil sabor del queso nos proporciona un bocado exquisito.
Ingredientes
- 130 gr. de harina
- 725 ml. de leche
- 50 gr. de nueces peladas
- 60 gr. de queso azul
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
- Pan rallado
- Huevos ( yo usé 2 )
Preparación
Ponemos el aceite a calentar en una sartén o en una cazuela de paredes bajas.
Cuando el aceite esté caliente añadimos y rehogamos la harina durante unos minutos.
A fuego bajo añadimos la leche, en varias veces y vamos mezclando cada vez, no incorporando más leche hasta que se haya integrado la anterior.
Durante el proceso añadimos la sal.
Al final tendremos una bechamel espesa y sin grumos que dejaremos cocer unos minutos para que no tenga sabor a harina.
Partimos las nueces en trocitos.
Desmenuzamos también el queso.
Añadimos los ingredientes a la bechamel y mezclamos hasta integrar bien.
Dejamos que de un hervor y retiramos.
Volcamos la masa en una fuente de paredes altas y dejamos enfriar.
Cuando la masa esté fría cubrimos con film y refrigeramos. Si está muy fría se trabaja mejor para dar forma a las croquetas.
Batimos los huevos.
Ponemos pan rallado en un plato.
Con una cuchara cogemos porciones de masa del tamaño que queramos hacer las croquetas ( procuramos que todas salgan lo más iguales posible), pasamos las porciones por pan rallado y con las manos damos forma de croqueta.
Rebozamos en huevo y otra vez pan rallado, presionando un poco con las manos para que se adhiera bien y no pierda la forma.
Vamos poniendo las croquetas ya formadas en un tupper. En este momento podemos freírlas o congelarlas para la próxima ocasión.
No es necesario descongelarlas, directamente van a la freidora.
Siempre procuro tener varios tupper en el congelador y me resuelven más de una cena.
Y una pizca de cariño
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