Fue datado inicialmente en Italia en el siglo XVI.
Rico en vitamina C, fibra soluble y carotenoides. Aunque la mayor característica es su aspecto geométrico.
Podemos prepararlo cocido en agua o al vapor. También lo podemos hacer en tempura.
Hoy me he decantado por una sencilla receta que permite apreciar el sabor suave de la verdura.
Ingredientes
- 1 romanescu
- 2 patatas medianas
- 150 ml. de aceite de oliva
- 2 cucharadas de vinagre de Jerez
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de pimentón
- Sal
Preparación
Pelamos y ponemos a cocer las patatas en agua con sal.
Separamos los ramilletes del romanescu y lavamos bajo el grifo.
Cuando las patatas estén casi cocidas añadimos el romanescu y cocemos hasta que esté blando pero que no se deshaga, aproximadamente tarda el mismo tiempo que el brécol y la coliflor.
Escurrimos y reservamos.
Para hacer el aceite de pimentón, freímos el ajo laminado en el aceite caliente.
Cuando esté dorado retiramos, añadimos el pimentón y el vinagre, mezclamos y dejamos reposar.
Retiramos el ajo frito y colamos el sofrito dejando los posos en la sartén.
Servimos el romanescu con las láminas de ajo fritas y regamos con el aceite de pimentón.
Es una receta sencilla, pero esta verdura no necesita más para poder saborearla.
Y una pizca de cariño
Xiana
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